“No os perdáis La Pensión de las Pulgas”, así decía un tweet de una persona a la que sigo. Sólo el nombre me llamó la atención y busqué información. La obra es MBIG, Mc Beth International Group, y descontextualiza el “Macbeth” de W. Shakespeare para llevarlo al ámbito de la empresa multinacional.

La peculiaridad de esta obra es que se lleva a cabo en La pensión de las pulgas, una casa de la calle Huertas, donde las escenas ocurren en la sala de estar, la habitación y el comedor; y donde el número máximo de espectadores es de 35.  Ello logra crear un ambiente único que te permite sentir el arte y hacer que la obra te guste.

Sí, resulta que no te puedo decir si la obra me ha gustado o no, o si es buena o no, pero sólo el formato en que está realizada, el ambiente que se crea, lo bien que actúan todos ellos y sentirles tan cerca hace que te empapes del arte que transmiten y sientas sus emociones. Una experiencia teatral única.

Dos horas y media dura la obra, tres veces cambias de escenario y los actores te llegan a emocionar. Puede que a lo mejor falte un poco de interactuación con el público, o deban amenizar y agilizar la obra con más escenas alegres como es la canción, pero tiene mérito mantener la atención del espectador durante tanto tiempo. Los actores lo dan todo, mi enhorabuena desde aquí a Francisco Boira, el prota, pero todos, todos, TODOS, trabajan fenomenal. La dirección es de José Martret, creador, junto a Alberto Puraenvidia, de La Casa de la Portera.

Otra experiencia teatral única es el Microteatro. Ya llevan tiempo recomendándome que fuera a ver esas obras que duran unos 15 minutos y que prácticamente actúan para uno. Creo que sea la obra buena o mala, el hecho de tener a los actores a un metro de tí hace que sientas ese arte y te guste. El Microteatro es un concepto de moda que está en varias ciudades españolas (y veo que también fuera de España).

Fotos vía y vía.