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Islandia

Entre Europa y Groenlandia. En el cruce de la placa tectónica americana con la euroasiática. Así de fascinante es Islandia.

Aunque increíble, su clima es templado, debido a la corriente del Golfo. Su superficie es de 103.000 km2, pero el 80% lo forman glaciares, volcanes y desierto, lo que deja poco área habitable para sus 330.000 ciudadanos. De ahí su denominación de “Tierra del fuego y del hielo”.thumb_IMG_0386_1024

No sólo su geografía y climatología es peculiar; su historia, idioma, economía y política también lo son. Se independizó de Dinamarca en 1944 (aunque en 1918 ya era un estado soberano bajo la corona danesa). Hoy es uno de los países más desarrollados del mundo y, al mismo tiempo, mantienen en su cultura la tradición celta y nórdica, que contrasta con la avanzada tecnología empleada en energías renovables.

En cuanto al idioma, suena muy complejo, pero es cierto que escrito tiene su lógica. Lo veréis más adelante, cuando os comento la Ruta del Sur. El inglés lo hablan todos, pero con un acento un tanto extraño. Y de eso os daréis cuenta si haces un tour por la capital, lo cual os recomiendo.

Reikiavik (Reykjavík) ofrece varios tours, y de diferente temática, incluso los hay que son gratuitos. El guía era encantador, Eric, y la web se llama Reykiavik City Walk. También hay tours especializadas en probar comida del lugar The Reykjavik Food Walk.

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Para ver el país, existe una carretera circular “Ring Road” que en verano abren la parte del norte, y se puede recorrer el país. Ésta ruta es algo que me gustaría hacer en caravana, ya que invita a que te pares cuando te plazca. Cada rincón de cualquier ruta que hagais tiene algo maravilloso.

Su naturaleza es tan exuberante, que ofrece excursiones con actividades muy originales y difíciles de reunir en cualquier otro lugar.

  • Volcanes cubiertos por glaciares y a los que uno puede adentrarse.
  • Contemplar auroras boreales.
  • Bañarse en piscinas naturales de aguas termales mintras contemplas el paisaje nevado.
  • Avistamiento de ballenas.
  • Comer pescado a todas horas y en todas sus formas (hasta chips).
  • Pasear en caballos islandeses en paisajes lunáticos, volcánicos y nevados.
  • Ver cataratas “desde el otro lado”, desde el interior de una cueva.
  • Excursiones a volcanes o a glaciares en jeep, moto de nieve.
  • Tour de “Juego de Tronos”.

Vamos con las excursiones que hicimos. Todas ellas desde Reikiavik (que significa bahía humeante), y ocupan el día completo, pero siempre podeis contratar viajes de varios días y dormir en diferentes sitios. Al final del post os dejo unas recomendaciones.

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Golden Circle

La clásica excursión y la más famosa de todas. Dirección Este (desde la capital). Ahí verás la impresionante catarata de Gullfoss, con sus chorros por ambos lados y cayendo sobre una falla. Se puede pasear por la zona y verla desde diferentes ángulos.

Muy cerca se encuentra el Geysir o Geiser, erupción geotérmica que emana de una fuente termal que lanza agua hirviendo en el aire (alguno alcanzan los 80 metros de altura). No sólo impresiona ver a cámara lenta el azul (tan azul) del agua, sino que los alrededores también son peculiares, el agua hirviendo emana en pequeños riachuelos que, en contacto con la tierra, crea colores cobrizos, y el vapor del agua sale por orificios esparcidos por el valle que lo convierte en un lugar un tanto lunático. En el instagram del blog disponeis de la erupción del Geysir a cámara lenta.

Y la excursión acaba con la visita al Parque Nacional de Thingvellir o Þingvellir, es el valle que alberga la fascinante falla que separa las dos placas tectónicas, la americana de la euroasiática. Se puede pasear por la brecha para contemplar el tan único paisaje.

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Península de Snæfellsnes

De camino al Parque Nacional de Snæfellsnes, hacia el Noroste del país, se hace una parada en la playa Breiðafjörður, es una de las pocas de arena que no es de color negra. Es fácil ver focas. Y es una sensación chula correr por la nieve en la playa, pero qué impresión da salirse de la carretera para meterse por un valle nevado hasta pie de playa. Menos mal que las ruedas llevan clavos. Allí, toda rueda lleva clavos, coches y bicis.

Parque Nacional de Snæfellsnes. Afirmo que, de todo lo que he visto, es ahí donde, sin duda, está el banco con las mejores vistas. La ventana rocosa que la naturaleza ha “colocado”  sobre el mar, desde la que se puede contemplar un sierra de montañas y volcanes nevados, con el sol poniéndose y enrojeciendo esa alfombra de nieve.

Y si giras un poco la cabeza, te encuentras con el volcán puntiagudo de perfecta forma geométrica. Aunque es después cuando te llevan a subir uno de los volcanes. Cuidadito con el viento!

Es en este parque donde se encuentra uno de los volcanes-glaciares más representativos del país, el  Snæfellsjökull, pero ese día la niebla nos impidió verlo. Julio Verne lo hizo famoso por su “Viaje al centro de la Tierra”.

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Ruta del Sur

La ruta del Sur es muy disfrutona, ofrece innumerables cataratas a lo largo del camino. Acercarte a Skógafoss y comprobar la fuerza del agua es brutal, pero pasar por detrás de Seljalandsfoss y contemplarla desde una cueva, es indescriptible. Y no me quiero imaginar si eso mismo se ve en verano, con luz y todo el valle verde. Sólo buscar el nombre de Seljalandsfoss en internet y te teletransporta a una irrealidad tan pintoresca.

Es en esta ruta donde se encuentra Reynisfjara, la playa de columnas de basalto y arena negra. Precisamente la Catedral de Reikiavik imita a estas columnas. Muy cerca de ahí paseas hasta llegar al un glaciar con una laguna (aunque no se trata del famoso Jökulsárlón), impresiona mucho!

Y a la hora de visitar un museo naval, da tiempo a pasearos por unpequeño valle con un par de casita cubiertas por cesped, para haeros una idea de cómo vivían.

Deciros que en la ruta del Sur se pasa por Eyjafjallajokull, el famoso volcán que eruptó en 2010 provocando el caos aéreo. Y precisamente con esta “palabreja” podréis descifrar palabras con bastante lógica, tal y como os decía al principio. Debeis saber que “ey” es isla, “fjall” montaña, y “jökull” glaciar.

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Excursiones de medio día de duración

Para excursiones de sólo medio día podeis ir a The Blue Lagoon (pegada al aeropuerto), pero existen más piscinas naturales como “The Secret Lagoon“. Hacer excursiones en caballo islandés es muy recomendable también, son simpatiquísimos y te permite contemplar el paisaje desde otra perspectiva y a menor velocidad. Avistamiento de ballenas (a ver si teneis más suerte que nosotros); y por la noche, no podía faltar las “Northen Lights“, las auroras boreales se suelen contemplar realizando un viaje nocturno en autobús, pero se ofrece también en barco o desde piscinas naturales. Alguna pudimos ver, aunque algo tenue, aparecen y desaparecen sin avisar, pero la verdad es que es mágico verlas “bailar”.

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Cómo llegar 

Nosotros fuimos en enero, queríamos disfrutar de las auroras y los paisajes nevados en todo su esplendor. Y ya os digo, que tanto la temperatura como las horas de luz nos sorprendieron para bien.Lo contratamos con una agencia (Pangea) y la verdad es que te asesoran muy bien porque han estado en el lugar. No obstante, os aconsejo que mireis los tour operadores de allí si quereis contratar cualquier excursión (Gray Line y Reykjavik Excursions son las más importantes).

Es en verano cuando más turistas recibe, sus larguísimas horas de luz atrae, pero recordad que el viaje se encarece y que en esa época es muy complicado ver auroras boreales. A Islandia se puede acceder vía low cost con la compañía wowair, con vuelos directos desde Alicante, Canarias o Londres, entre otros.

 

 

Dónde comer

Y sí, la comida allí es cara, mucho, pero siempre puedes ir a los supermercados, que son bastante diferentes a los de aquí (todo lo que es de nevera está en una sala grandísima con estantes hasta el techo), comprar algo para las excursiones y ya de noche desgustar comida local en restaurantes. Son típicos los yogures (cremosos y sabrosísimos), los quesos, el chocolate (la variedad es increíble, hasta con sal) y la sal con todo tipo de condimento.  No olvideis probar la cerveza del lugar! La comida está bastante buena, probamos desde una sopa en pan grande y redondo, salmón en el Old Iceland y hasta un menú degustación asiático-islandés en el public house. Pero si debo de recomendaros alguno es el Sea Baron, en el puerto. Desde brochetas de vieiras hasta carne de ballena. Muy auténtico.

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C.G.Reikiavik: 64°08′ N 21° 56′ O